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Como en cualquier ámbito de conocimiento actual el incremento de la información disponible aumenta de forma vertiginosa a diario. Una de las tareas del profesorado es la identificación de posibles herramientas que beneficien el aprendizaje, introduciendo en el aula materiales, métodos y contenidos en tener de situaciones reales con las que el alumnado esté familiarizado. En el caso de las Actividades Manipulativas (AMs) existen innumerables recursos que pueden ser empleados directamente en las clases magistrales, en propuestas de trabajo-desafío o en trabajos colectivos. Todas ellas orientadas a la acción y con una finalidad clara de adquisición de habilidades e incremento de compromiso con las materias. Esta diversidad de estrategias es una forma de responder a las diferentes motivaciones e intereses del alumnado. Evidentemente por si solas no contribuyen significativamente al avance del aprendizaje, siendo necesario para que estas sean efectivas que los objetivos, los intereses y los posibles resultados estén claramente definidos, así como una correcta explicación y manipulación de las mismas por parte del profesorado.
Cuando menos podemos documentar su empleo en las siguientes modalidades:
AMs demostrativas. Tradicionalmente las AMs se llevan a cabo en formato demostrativo durante la clase magistral, ayudando al estudiante a confirmar o refutar ideas previas, obtener diferente información útil y aventurar nuevas conclusiones. Por parte del profesor eso requiere limitar y organizar el material presentado, vincular nuevo y viejo conocimiento. En muchos casos se trata de demostraciones cortas que no interfieren en la marcha de la disciplina y que provocan un aumento de la interacción con el alumnado. Los contenidos adquieren así una nueva dimensión y son una oportunidad para motivar y generar una discusión dirigida en clase. Entre otras, estas demostraciones permiten la observación e incluso manipulación de actividades que por su peligro, coste o delicadeza, no realizarían nunca en las habituales prácticas de laboratorio: aparatos propios de laboratorio de investigación, ciertos aparatos de alta voltaje, aparatos que muestran conceptos de forma simple pero complicados en su manipulación, reproducción de experimentos históricos, etc.
AMs interactivas. Las AMs pueden hacerse más efectivas en la clase magistral aumentando su interactividad. Donde el alumnado es desafiado a hacer predicciones sobre el resultado esperado. Una vez realizada a AM el alumnado discute con sus compañeros más próximos el ocurrido y el profesor modera el correspondiente debate. Este proceso promueve la comprensión conceptual mediante la combinación de actividades mentales y manipulativas para producir información mediante discusión entre pares. Para eso el alumnado puede llenar un documento relacionando los resultados esperados, emplear cartones de respuesta individual o alguno de los sistemas electrónicos de respuesta inmediata disponibles comercialmente.
Mini-proyectos de AMs. En un contexto de Aprendizaje Basado en Proyectos al alumnado se le puede plantear un trabajo-desafío donde, trabajando en pequeño grupo, ellos deben crear, documentar (conectando con otros contenidos y proporcionando información complementaria) y presentar una AM una vez que fueron encontrados y utilizados los recursos necesarios. Mucho de este nuevo material debe incorporar imagen, sonido, video, texto y elementos como páginas web interactivas o herramientas de simulación virtual on-line. Durante estos mini-proyectos los estudiantes bajo la supervisión del profesor: construyen un modelo, miden, hacen hipótesis, estiman, discuten, y sugieren. Eso requiere un esfuerzo intelectual adicional y ofrece una visión más creativa y contextualizada de la componente práctica que la que ofrece el habitual trabajo en el laboratorio.
AMs colectivas. Con el resultado del trabajo realizado por el alumnado en los mini-proyectos se puede llevar a cabo en el propio centro, habitualmente bajo la denominación de Semana de la Ciencia, la clonación a menor escala en el ámbito educativo de un pequeño museo científico-tecnológico, en una actividad colectiva y cooperativa en la cual el alumnado es co-responsable de su definición, montaje y monitorización, en un marco de explicación por pares o iguales. Este trabajo de diseño e interactividad con el alumnado redunda en la consecución de importantes objetivos formativos relacionados con las habilidades propias de actividades de este tipo, así como el afianzamiento de diversas competencias transversales básicas. Una vez montado este espacio pode ser visitado por el alumnado del propio centro o de otros centros invitados. Cada módulo puede estar acompañado de un panel autoexplicativo que, bajo un título llamativo, contenga breve información audiovisual y algunas cuestiones provocadoras para los visitantes. Más que aprender, el alumnado visitante es estimulado a indagar y a desarrollar una situación para que exploren a su imagen y semejanza y por sí mismos, induciendo a ser posible una posterior realización de actividades similares por su cuenta. Los visitantes son acompañados por alumnado que sirve de guía o mediador y proporcionaba pautas metodológicas para la comunicación con los visitantes, promueve alternativas a las actividades espontáneas de los visitantes o realiza los ajustes necesarios cuando hace falta, previamente el alumnado es instruido, de forma que ofrece explicaciones científicas comprensibles.
AMs en los pasillos. Una selección de las AMs diseñadas por el profesorado o polo propio alumnado pueden luego ser distribuidas al largo del edificio de los centros durante todo el curso académico. Estos módulos seleccionados constituyen una exposición permanente que en cualquier momento facilita la interacción voluntaria del alumnado. Se puede incentivar su empleo organizando un concurso entre la comunidad del centro donde los participantes deben resolver desafíos sencillos relacionados con los conceptos que subyacen en cada una de las AMs mostradas para conseguir un premio.
